Wonder Woman, feminismo inteligente en un mundo para hombres
Wonder Woman debutó en los tebeos en el número de diciembre de 1941 de All-Star Cómics y lo hacía vistiendo su estampado clásico de las barras y estrellas. Y con faldas. Faltaría más. Pero conoció tal éxito, con más de diez millones de lectores, que, en los 70, gozó de serie de televisión propia durante cinco años a lo largo de más de sesenta episodios.
Lynda Carter la interpretó y aquí se la conoció como “La mujer maravilla”.
DC Cómics, que ya se había dado cuenta tras algún que otro resbalón, aplicó para ella el mismo criterio que para Batman y Supermán: darle profundidad al personaje, más allá de la alharaca técnica, cuidar las tramas y respetar las señas de identidad del icono, pero modernizándolo en el fondo y en la forma. Fueron cautelosos, la presentaron primero compartiendo cartel con los mencionados caballeros y como consiguió ser el segundo punto de interés de la película después de los mofletes de Ben Affleck, quedó encarrilada su continuidad.
La historia arranca en la secreta y desconocida, pero paradisíaca isla de Themyscira, dónde una comunidad de guerreras a caballo vive al margen de la sociedad y sujetas a las leyes de la Grecia Antigua. Entre ellas destaca la joven e impulsiva Diana, destinada a ser su abanderada.
La tranquilidad de la isla se verá afectada cuando un piloto americano, claramente difícil de mirar, estrelle su avión en la orilla. La noticia del comienzo de la Primera Guerra Mundial y la posibilidad de que el despiadado y cruel Dios de la Guerra, Ares este detrás de ella, va a ser lo que obligue a Diana a abandonar su zona de confort (nunca pensé que diría esto) para enfrentarse al villano en un mundo dominado por hombres y sumido en la más absoluta oscuridad.
A cargo de la película, Patty Jenkins que, tras el éxito de “Monster”, que filmó con apenas 30 años y que le valió el Oscar a una rotunda Charlize Theron con 15 kilos más que de costumbre, se dedicó a la crianza de sus hijos y a la televisión, donde, entre otras, se lució en algunos capítulos de “The Killing”, en concreto, el piloto y de “Arrested development”.
Jenkins logró llevar a los cines una espléndida cinta de aventuras, con el color y el humor de los clásicos; de aquellas primera aventuras de “Superman”, por ejemplo pero utilizando lo último en efectos digitales, cuanto más impresionantes mejor que últimamente ya no nos asombramos por nada, pero sobre todo, la gracia del personaje está en su feminismo inteligente y con talante que le permite reírse de los tópicos de la frágil damisela en apuros a la vez que ridiculiza un sistema lleno de desigualdad y pensamientos retrógrados hecho por y para hombres.
Por otro lado, el éxito de nuestro Megahit de esta noche descansa en gran parte en la excelente química entre sus protagonistas.
Alta y estilizada, la israelí Gal Gadot podría haber sido una súper modelo de talla mundial tras ser nombrada Miss Israel y llegar a competir por el título de Miss Universo, pero al final optó por la interpretación demostrando su dominio de la puesta en marcha y la energía de sus octanos en la saga ‘Fast and Furious’.
Hasta en cuatro ocasiones participó en las películas de las inverosímiles carreras, y allí andaba, un tanto atascada hasta que el personaje que la ha convertido en icono y referencia llegara al rescate. Ha interpretado a Diana Prince en tres ocasiones, la última como único miembro femenino de otro equipo al que no llegó la paridad y lo hará al menos, dos veces más.
Pero esta noche también tiene su lugar el apuesto Chris Pine al que le llegó la notoriedad cuando consiguió el honor de interpretar al rebelde Capitán James T. Kirk en la puesta al día cinematográfica de “Star Trek” y sus secuelas, procurándole a la legendaria franquicia un auténtico revivir.
Después ha pasado de las de acción a las de espías con idéntica fortuna, se le han escapado algunas petardadas pero como las ha compensado participando en algunas auténticas obras maestras de esas que te acompañan un rato largo, se lo hemos perdonado incluso antes de que lo hiciera.
Y es 100 % feminista. La primera estrella masculina de primer orden que acepta el rol habitual femenino en las de acción. Le ha importado tan poco que Wonder Woman le ande salvando todo el rato que ya ha rodado la segunda parte.
Pues en tan excelentes manos os dejamos, con la seguridad de que esta noche más de dos y más de tres van a soñar con ser las heroínas de su propia historia y no de la de algún trasnochado príncipe azul. Que la disfrutéis.
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