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(Actualizado

El FC Barcelona volvió a sonreír en un clásico tres años después y lo hizo además con una exhibición de las de sus mejores épocas al golear con mucha autoridad por 0-4 en el Santiago Bernabéu a un Real Madrid inoperante y perdido todo el encuentro.

El efecto Xavi aterrizó de lleno en el coliseo madridista. Su equipo sabía lo que se jugaba y puso empeño, entusiasmo y, sobre todo, mucho fútbol. La mano del de Terrassa ya está implantada y los nuevos fichajes, sobre todo Aubameyang, que podía haber firmado una noche aún mejor, y el recuperado Dembélé, le han dado contundencia a un estilo donde Pedri marca el ritmo.