El Real Madrid venció 4-0 al Getafe con tres goles de Cristiano Ronaldo, que, ayudado por el empuje de Sami Khedira en la segunda parte, impuso la lógica en un partido errático de los blancos en el primer acto y acertado en la reanudación. El jugador portugués siempre tiene hambre y así lo demostró contra el Getafe. Apareció cuando su equipo más lo necesitaba, después de 45 primeros minutos insulsos en los que su rival, bien plantado en el campo, aguantó hasta que recibió el primer gol. Mucha culpa de la reacción protagonizada por el luso la tuvo Khedira, suplente desde el inicio y que saltó al campo para dar aire a sus compañeros.
Y es que la Liga se ha convertido en una competición que en ocasiones puede ser anodina para el Real Madrid. La distancia que le separa del Barcelona parece tan inmensa que cualquier partido de la competición no parece crear a estas alturas de la temporada un interés mayúsculo en todo lo que rodea al club. El Real Madrid venció 4-0 al Getafe con tres goles de Cristiano Ronaldo, que, ayudado por el empuje de Sami Khedira en la segunda parte, impuso la lógica en un partido errático de los blancos en el primer acto y acertado en la reanudación.
Mourinho reservó a Xabi Alonso y a Sami Khedira, que empezaron el encuentro en el banquillo. También Diego López, el fichaje de última hora para sustituir al lesionado Iker Casillas. Se puede abrir otro debate con Antonio Adán, pero, de momento, el puesto ante el Getafe fue para el habitual segundo guardameta en los últimos tiempos. Con esos cambios saltó el Real Madrid al césped, ante un rival mermado por las bajas (seis, y muchas importantes) y por una historia engañosa en el Bernabéu. El Getafe ha conseguido crear el mito de que es un equipo complicado en el estadio merengue, pero la realidad es que en los ocho encuentros que había disputado hasta hoy, sólo había logrado arañar cuatro puntos y una sola victoria.