Tras la victoria del Rayo Vallecano ante el Real Mallorca gracias a un gol desde el punto de penalti de Trejo, los aficionados rayistas entonaron su famoso cántico La Vida Pirata para celebrar que los de Vallecas se han clasificado cuarenta años después para una semifinal de Copa del Rey.
Con la ilusión desbordada después de veinte años sin disfrutar de unos cuartos de final, la afición del Rayo ofreció a su equipo un recibimiento multitudinario, ese de las grandes noches de fútbol con aroma especial, regado con bengalas y miles de banderas al viento en la intersección entre Avenida de la Albufera y la calle Payaso Fofó.