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(Actualizado

Juan Miguel Esteban fue subcampeón de España de culturismo antes de que las rejas de la cárcel se cruzaran en su camino. Dirigía una empresa de seguridad, entidad que fue el detonante para su entrada en prisión. Una disputa laboral con un empleado y las peleas y trifulcas del mundo de la noche y la seguridad le condenaron a 14 años en la cárcel.

En lo más profundo de su desolación, encontró una nueva motivación, correr. “Mi primo corría maratones. Me intentó ilusionar y consiguió darme unas zapatillas, una camiseta y un pantalón. Conseguí desconectar del lugar donde me encontraba”, relata Esteban.

Más retos

Al principio, los presos no le respetaban, pero con el tiempo llegó a tener su propia escuela con más de 100 presos corriendo. “Vieron que tenía una disciplina y unos hábitos y me empezaron a pedir ayuda”, explica. Apodado El Loco del Patio, llegó a ser incluso preparador físico del equipo de la cárcel del Real Madrid.

Finalizada la condena y logradas todas estas hazañas, hay muchos más retos en libertad. Entonces, decide prepararse para pruebas de triatlón. “En el tiempo en la cárcel, aprendí a desconectar mientras hago kilómetros. Eso lo aplico en entrenamientos y competiciones”.

Más de 300.000 kilómetros en el patio de una prisión, distancia correspondiente a una vuelta al mundo. Un vuelco a la vida entre rejas, una nueva vuelta al mundo en libertad.