Donde hace casi 200 años estaba el convento del Espíritu Santo destruido en un pavoroso incendio en 1823, hoy se levanta sobre sus restos el Palacio de las Cortes. Y sin ser Nueva York (ni falta que nos hace) en el friso del Congreso tenemos nuestra propia estatua de la libertad. ¡Pero no una cualquiera! Esta Libertad está considerada la más antigua del mundo moderno. Está ahí desde 1848.
La calle Floriblanca es la única de Madrid que, siendo calle como tal, está cerrada a los transeúntes. Al construirse la ampliación del Congreso y unirla con una pasarela quedó dentro del complejo del Congreso. Las personas que pasan por aquí están pasando por encima de... Reyes Godos. Buueeno, sólo de cuadros de reyes godos. El Congreso está unido con el anexo de enfrente por un túnel que cruza la Carrera de San Jerónimo. Y ese túnel está decorado con cuadros de los reyes godos.
Por cierto... y aquí viene la gran noticia. Los terrenos del Congreso, como cualquier edificio construido sobre las ruinas de un viejo convento, está plagado de restos humanos. Sí amigos. ¿Puede explicar eso algunas de las extrañas cosas que ocurren en su interior? ¿Hay presencias malignas?...