Doña Emilia Pardo Bazán nació en A Coruña a mediados del siglo XIX. Su padre le dejó acceso a la biblioteca de la casa desde muy pequeña y le dijo: "Si alguien te dice que hay algo que los hombres pueden hacer y las mujeres no, dile que es mentira, porque no puede haber dos morales para dos sexos".
Esta frase se le marcó a fuego en la cabeza y se propuso defender a golpe de pluma la igualdad entre hombres y mujeres. Decía y escribía las cosas como las sentía, aunque pudieran resultar polémicas.
Esto, claro, le trajo más de un quebradero de cabeza, pero también mucha fama. La llamaron de todo por atreverse a escribir sobre una realidad poco grata: Malamadre, adúltera, atea, guarrona, mala esposa...
Su marido, al ver la que se había montado le pidió que dejara de escribir. Emilia, claro está, lo dejó. Al marido, por supuesto.