Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Vamos con una de esas leyendas que se cuentan en todas las épocas cambiando el nombre de los protagonistas. Felipe V mandó erigir el Palacio Real. Cuentan las malas lenguas que el rey, muy celoso de la singularidad del palacio que se estaba construyendo, pidió al arquitecto, Juan Bautista Sacchetti, el compromiso de que no volviera a hacer una construcción similar. A lo que Sacchetti se negó. El rey, realmente mosqueado, ordenó que le aprisionaran, le sacaran los ojos y

le cortaran los brazos y la lengua con la finalidad de que no pudiera transmitir sus conocimientos a nadie y que este palacio fuera único.

Entre los bustos de la fachada principal del edificio se puede observar la cabeza de un hombre, que según la leyenda es el propio Sacchetti. Deliciosa leyenda. Pero ya se contaba sobre la construcción del alcázar musulmán de Madrid. ¿Se seguirá contando dentro de unos siglos?