El Marqués de Pontejos, el superhéroe madrileño
Joaquín Vizcaíno se casó con Mariana de Pontejos y Sandoval y le cayó del cielo el marquesado de Pontejos. A Joaquín le nombraron alcalde de la Villa y sólo estuvo dos añitos, pero le dio tiempo a organizarlo todo. Madrid era un laberinto desordenado de calles sin empedrar, sin numerar y sin nombre. ¡Los carteros de la época se volvían locos!
Se plantó en el Kilómetro 0 de la Puerta del Sol y dijo: "Hala, a numerar calles partiendo de aquí, que estoy harto de no saber si voy o si vengo". Colocó los pares a un lado y los impares a otro. Puso nombre a las calles y colocó un cartel con el nombre a la entrada y a la salida de cada calle. Instaló iluminación pública por todos lados, empedró las calles y puso baños públicos.
Eso sí es buena gestión, ¿verdad? Por todo esto, el marqués es nuestro superhéroe madrileño.
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