Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Este rincón del Retiro es un homenaje a un hombre muy desconocido: Luis Ortega, conocido como Pirulo. Un personaje popular que empezó a cambiar cromos infantiles en 1938. Poco después puso un puestecito de cromos y chuches que ha estado ahí durante 50 años. Pocos negocios duran tanto. Millones de cromos han cambiado de manos gracias a él, a ritmo del mantra "sile, nole, sile, nole".

¡Pero Pirulo fue además un héroe! En 1956, junto a una entrada al parque, un autobús atropelló a una niña. Pirulo lo vio todo. El cuerpo de la chica estaba fatal y se la dio por muerta. Pirulo tuvo un presentimiento y comprobó que, contra toda lógica, ¡la niña seguía viva! Detuvo un coche al azar y llevó a la niña al hospital. ¡Ella se recuperó!

En los años ochenta, Pirulo fue el hombre que luchó por salvar el Retiro de su deterioro. Las miles de firmas que recogió simplemente salvaron el Retiro.

Pirulo, estés donde estés… gracias.