Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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El Instituto San de San Isidro es una joya que existe gracias a que a los jesuitas les tocó la lotería. Es una forma de hablar. Veréis...

La emperatriz María de Austria, hija de Carlos V, dejó tooooda su herencia (que como podéis imaginar era considerable) a los jesuitas de Madrid. Ese fue el inicio del instituto. Hoy en día sigue funcionando como tal. Es uno de esos casos poco frecuentes de lugares que mantienen su espíritu y su función durante siglos.

Los alumnos actuales tal vez no sepan que por esos mismos pasillos pasaron otros jóvenes imberbes e ilusionados como el ligón Lope de Vega, el macarra de Quevedo, el intenso de Calderón de la Barca, el brasas de Góngora...

Pero también el magistral Pío Baroja, el señorial Jacinto Benavente o el luminoso Vicente Aleixandre. Cómo mola ira a las mismas aulas que compartieron ellos, ¿verdad?