En la Basílica de Nuestra Señora de Atocha está el lugar donde se veló el cadáver del General Prim tras su asesinato. Prim luchó con uñas y dientes para echar a los Borbones. Buscó por toda Europa un rey para crear una nueva dinastía no sometida a la nobleza y la Iglesia. Prim se fijó en Amadeo de Saboya y consiguió que las Cortes lo eligieran rey.
Al pobre Prim le dispararon y le remataron en la cama bajo la atenta mirada del General Serrano. En cuanto el rey Amadeo I desembarcó en Cartagena se enteró del asesinato de Prim y se vino directamente a esta Basílica para rezar
ante su cadáver. El nuevo rey se quedó sin ningún apoyo. El pueblo le llamaba “Macarroni I” y le sacaba rimas con su apellido. Amadeo se acabó hartando y se fue pensando de los españoles: “que os gobierne Rita la Cantaora”.