La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales ha visto pasar muchas mentes privilegiadas bajo sus puertas. Uno de sus más ilustres académicos fue don José Echegaray, más conocido por ser, paradójicamente, el primer premio Nobel español de Literatura.
Sus obras de teatro eran muy comerciales. Al público le encantaban. A los críticos, no tanto. En el mundo de la ciencia, era todo lo contrario. Fue uno de los matemáticos más importantes del momento, reconocido en toda Europa. Pero aquí no le conocía nadie.
Como siempre, el problema era que, en aquella época, el cultivo de la ciencia no daba ni para comer. Y el teatro le daba mucho dinerito. En 1901 llegó a ser presidente de esta academia, cargo que tuvo que dejar 15 años más tarde, porque la muerte le impidió seguir siendo presidente de nada. Julio Rey Pastor, el mejor matemático del siglo XX, dijo de él que la matemática española “comienza con Echegaray".