Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Sobre Mariano José de Larra se sabe de sus artículos y sus escritos en general. Y de su suicidio, por supuesto. Pero tuvo un perfil político poco recordado que tuvo su miga. Larra movió hilos e influencias en el Gobierno para que trasladasen y ascendieran a aquellos que luego le propondrían a él para ser diputado. Hermoso e inteligente juego, ¿verdad?

Romántico sí, pero tonto no. Tiene pinta de que Larra quería pillar cartera como fuera. Pero no la pilló, porque antes de poder jurar su acta de diputado por Ávila, las elecciones se anularon en toda España tras el Motín de los Sargentos de la Granja. El pobrecico, entre que no consiguió llevar sus ideas liberales al Congreso, el desengaño con su amante y su espíritu romántico, solo le restaba darse un pistoletazo.