Dicen que la madre de la ciencia es la paciencia. Y a veces el padre es la casualidad. Gracias a una maravillosa casualidad, Alexander Fleming descubrió la penicilina. Hay un millón de versiones para explicar cómo ocurrió. No todas
coincidentes. Investigad y alucinaréis.
En lo que todo el mundo coincide es que Fleming estuvo muy atento y fue capaz de convertir esa casualidad en ciencia. Hoy, gracias a la penicilina de Fleming, millones de personas en todo el mundo seguimos vivitos, y algunos,
hasta coleando.
Fleming renunció a cobrar ni un solo real por la patente de la penicilina porque quería que todo el mundo se beneficiase de su descubrimiento. Un gesto que le honra Hasta el descubrimiento de los antibióticos cualquier herida podría provocaruna infección mortal. Fleming cambió eso para siempre.
Los toreros quisieron rendirle un homenaje y le levantaron un monumento junto a la plaza de toros de Las Ventas.