Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Antes de que una aeronave salga a volar, la tripulación habrá consultado la meteorología. Sin conocer datos como la velocidad y dirección del viento o las probabilidades de tormenta, entro otras variables, no pueden despegar.

Por ejemplo, la posibilidad de encontrarse en el trayecto con cumulonimbos, un tipo de nube que anuncia tormenta, puede crear turbulencias y convertirse en una adversidad para el normal desarrollo del vuelo. Otro ejemplo. Si es un día soleado y caluroso, un avión necesita más pista para despegar.

El mapa meteorológico es, por lo tanto, una herramienta de trabajo fundamental en la navegación aérea. Para comprobarlo, hemos realizado un vuelo simulado en el Aeropuerto de Cuatro Vientos.