"Es triste que sean los profesores los que te dan miedo"

Sandra Miguel es psicóloga y opositora. Con tan solo nueve años descubrió que era superdotada gracias a unos test de inteligencia y de personalidad. Sin embargo, en su centro escolar le negaron una adaptación académica conforme a sus capacidades.

“Antes de saber que era superdotada yo no sabía lo que me pasaba. Me sentía sola porque me veía diferente y no sabía por qué”

En la tarjeta, la pregunta: “¿Tener altas capacidades te ha traído problemas?”.

Sandra reconoce que a ella le apasionaban temas que no le interesaban al resto de su clase. “Me gustaba el Antiguo Egipto y el espacio y era algo que no podía compartir con mis compañeros”.

Una situación que le hacía sentir rara, ya que “no quería ser la típica niña repelente que puede aparecer en televisión”. Lo único que quería Sandra era “ser normal”.

Aunque Sandra tenía amigas en clase, no terminaba de encajar con ellas. De hecho, confiesa que, a pesar de estar con gente, se sentía sola.

“Yo quería ser normal”

Sandra reconoce que nunca le hicieron bullying en el colegio y que solamente tuvo algún problema puntual con algún compañero. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de sus profesores…

“Si ha habido alguien en mi historia académica que se ha metido conmigo por ese tema han sido profesores que, delante de mis compañeros, me decían cosas”. Comentarios como “pues luego viene tu madre y dice que eres muy lista” o “pues esto no te lo has sabido” son los que tuvo que aguantar por parte de sus tutores.

“Cuando te dicen eso con diez años delante de tus compañeros quieres que te trague la tierra. Los profesores son los que te deberían de defender. Es el que te debería de defender y es triste que sea el que te da miedo”.

Todo esto hizo que Sandra tuviera que aprender a esconder sus capacidades intelectuales, a no llamar la atención y a aparentar ser normal.