¿Cómo viven los deportistas su retirada? "En ese momento los aplausos cesan"
Corbalán, Amaya Valdemoro o Pardeza nos cuentan su experiencia tras retirarse del deporte profesional
Entrenar, superar los límites personales y competir al más alto nivel. Ese es el día a día de un deportista profesional. Una rutina que les lleva a ser el foco de atención para miles de personas y a un protagonismo que parece ser eterno. Pero… ¿Qué sienten los deportistas cuando se retiran?
Muchos deportistas coinciden en que, durante sus años al más alto nivel, nunca pensaron en que llegaría el momento de la retirada. “De los quince a los veintipocos yo no pensaba que tenía una fecha de caducidad, sino en ser la mejor”, nos cuenta la exjugadora de baloncesto Amaya Valdemoro.
No lesionarse y poder seguir todo el tiempo posible es lo único que tienen en mente los deportistas. Entrenar, mejorar y competir, esa es su filosofía, como explica el exatleta Chema Martínez: “Solo piensas en entrenar para mejorar, para superarte”.
“Los deportistas nos centramos demasiado en ese momento, en ese deporte, en ese entrenamiento y perdemos la idea de qué va a pasar después”, confiesa Rafa Pascual, el que fuera jugador de voleibol.
Sin embargo, con el paso de los años, la situación cambia. “Cuando uno es joven no le duele el cuerpo y salta y corre mucho. Pero a medida que maduramos, el cuerpo te manda señales de que la retirada es inminente”, cuenta Amaya.
Los últimos años de la vida profesional de un deportista son tiempos complicados y confusos, tanto física como mentalmente: el cuerpo no responde de la misma manera y muchos acuden a psicólogos para ir preparándose para el drástico cambio de la retirada.
Juan Antonio Corbalán, mítico jugador de baloncesto, ve este periodo como “el momento en el que ir tomando perspectiva e ir preparándose para lo que luego será ese vacío”. Un proceso en el que los deportistas necesitan gente que les ayude. “Ahora a los deportistas se les va orientando”, explica Pedro García Aguado, exjugador de waterpolo.
El momento del adiós
La retirada es un momento crítico para los deportistas. “El estar de competición continua es difícil encontrarlo luego en la calle y el deportista la necesita”, explica Rafa Pascual.
Y es que muchos no viven de manera fácil dejar el deporte y volver a la “normalidad”, como fue el caso de Amaya Valdemoro, que confiesa que pasó año y medio “de mal carácter y durmiendo mal”.
“Cuando te falta esa rutina que has tenido siempre es cuando piensas que qué haces tú con tu vida”, cuenta Eli Pinedo, exjugadora de balonmano.
Carolina Pascual, exgimnasta rítmica individual, reconoce que su retirada “fue un momento duro” en el que no tuvo el apoyo de nadie y en el que se encontró sola. “Tuve que hacerlo todo por mí misma”.
“El deporte se convierte en un espectáculo y tú formas parte del star system”, cuenta Pedro García Aguado. Cuando todo eso acaba el deportista vuelve a ser una persona anónima. Tal y como dice Corbalán, “empiezas a sentir cómo suena el silencio. A partir de ese momento los aplausos cesan”.
Sin embargo, no a todos les deprime volver a hacer vida normal. Es el caso de Miguel Pardeza, exjugador de fútbol. “Pensaba que la vida ofrecía otras muchas posibilidades”.
El que fuera integrante de la Quinta del Buitre abrazó dejar el deporte profesional con cierto entusiasmo. “Después de tantos años con sacrificios y limitaciones” Pardeza sintió que podía volver a su autonomía y a su libertad y aprovechó su nueva vida para terminar filología hispánica y hacer un doctorado.
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