Se nos va el año 2018 y con él muchos recuerdos. Un año de mieles y hieles, un año repleto de frases. Algunas, quedarán en la memoria para bien o para mal. Y es que, ya se sabe, "por la boca muere el pez".
"Ciudadans de Tabarnia, no soc aqui"
Comenzábamos 2018 hablando, cómo no, de Cataluña, aunque lo hiciéramos desde el humor. Era el 16 de enero y Tabarnia se presentaba en sociedad. Albert Boadella, su presidente en el exilio, vía plasma, rememoraba a Tarradellas y anunciaba: "Ciudadans de Tabarnia, no soc aqui".
"Portavozas y portavoces"
Una aportación lingüística sin precedentes, la de "portavozas y portavoces" de la dirigente de Podemos, Irene Montero, nos hizo debatir en febrero con pasión sobre la oportunidad de "desdoblar el lenguaje" y utilizarlo "de forma inclusiva".
"Un error involuntario"
Claro que no todo fueron juegos florales. Si no que se lo digan a la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, que tras 36 días de pasión vio cómo, de la noche a la mañana, el 25 de abril, afloraba lo que denominó como "un error involuntario" (robó en 2011 unos cosméticos en un hipermercado y el vídeo salió a la luz), que le llevó a presentar su dimisión como presidenta regional.
"Dimita y todo terminará"
Y es que metidos en arena, 2018 tuvo de todo, hasta una moción de censura a finales de mayo, que por primera vez en la historia de nuestra joven democracia salía adelante con el consiguiente 'quítate tu que me pongo yo'. El que se quitaba, contra su voluntad, era Mariano Rajoy, y el que se ponía Pedro Sánchez. Pero antes, hubo de todo, como ese "Dimita y todo terminará" que Sánchez dirigió a Rajoy.
"He pagado dos veces"
Y a rey muerto, rey puesto. Aunque la felicidad es efímera. Prueba de ello, la del ministro de Cultura y Deporte, Maxím Huerta, que paso de jurar el cargo a dimitir en tan sólo una semana. Un periodo intenso, si se tiene en cuenta que diez horas antes de dimitir afirmaba rotundo "pagué lo correspondiente y asunto cerrado". Luego reconocería que "había pagado dos veces".
"El día más triste de mi vida"
Sabido es que la política es una profesión de riesgo. Claro que, si alguien tuvo un año negro, ese fue Julen Lopetegui: dos ceses en sólo 138 días. Todo un récord. El seleccionador de 'la Roja fue cesado antes de iniciar el Mundial de Fútbol de Rusia al anunciarse su fichaje por el Real Madrid. "Ayer, tras la muerte de mi madre, fue el día más triste de mi vida", dijo el entrenador en su presentación en el Bernabéu. Luego, el club blanco también prescindió de él y Lopetegui volvió a ser cesado.
"Más medidas que nunca"
No hay que llamarse a engaño. Como decía Oscar Wilde, "el único amor que nunca nos defrauda y nos acompaña hasta la muerte es el amor propio". Eso debió de ser lo que pensó el presidente norteamericano, Donald Trump, que, en el mes de septiembre, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU dijo, ni corto, ni perezoso, que su administración había logrado, en menos de dos años, más que casi cualquier gobierno en la historia de ese país, lo que provocó la risa de los presentes. Vean la versión de Euronews.
"Apretad, hacéis bien en apretar"
A estas alturas, ya deberíamos saber que las palabras las carga el diablo, aunque las diga un "honorable" presidente de la Generalitat, Quim Torra, mostrando su apoyo a los Comités de Defensa de la República (CDR), a los que les pedía en octubre, un mes muy revolucionario, eso de "Apretad, hacéis bien en apretar".
"Armas que no se equivocan"
Como las armas, a no ser que estas sean "inteligentes", como las vendidas a Arabia Saudí. Lo explicaba en septiembre la ministra portavoz, Isabel Celaá, que por algo es, además, ministra de Educación.
"Se vuelven a escuchar los pájaros"
Y es que si se trata de vivir, lo mejor es el optimismo. Si no que se lo digan a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que en pleno "momento histórico" de inauguración Madrid Central, aseguraba en plena Gran Vía que "si nos quedamos en silencio, se vuelven a escuchar los pájaros".
"¡Joder que alguien pare, coño!"
Y antes de perder definitivamente los papeles, lo mejor será poner el "punto y final". "¡Joder que alguien pare, coño!", como dijo Mariano Rajoy en su despedida. Será lo mejor para todos.