Golpes, golpes y golpes, es lo que ha recibido la selección española de fútbol en 2018. El más doloroso, la caída a las primeras de cambio en el Mundial de Rusia, con una tempestuosa salida de Juren Lopetegui. Un caos para la selección, para el entrenador y para todos los españoles, que vieron como Hierro, el elegido para superar la crisis, no pudo hacer nada para enderezar el barco a la deriva. La llegada de Luis Enrique, tras el Mundial, ha traído ilusiones renovadas a La Roja, que de momento, tan sólo son eso, ilusiones.