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Nos acercamos a uno de los -todavía pocos- edificios de Madrid en los que realiza ‘coliving’, una manera de vivir que, muy probablemente, dejará de ser tendencia para convertirse en una solución habitacional consolidada e incluso mayoritaria.

El coliving es un paso más allá del coworking. Es casa y oficina. Aquí, además de compartir espacio de trabajo, se comparten zona de vivienda y servicios comunes como la lavandería, la conexión de internet o incluso subscripciones a tv de pago.

Los vecinos, jóvenes treintañeros en su mayoría, tienen habitación propia, de unos 12 metros cuadrados, con baño privado. El resto de las zonas habituales de una vivienda, como la cocina o el salón, son espacios compartidos.