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Colmenar de Oreja se encuentra situado en el sureste de la región madrileña, en la llamada Comarca de las Vegas, surcada por los cauces de los ríos Tajo, Tajuña y Jarama. Con apenas 8.000 habitantes, es una de las localidades que mejor preserva su carácter histórico.

Colmenar de Oreja, junto a otros cinco municipios turísticos con encanto, forma parte del programa Villas de Madrid.

Su nombre procede del latín aureliae, en honor al cónsul romano Cayo Aurelio, contemporáneo de Escipión. Y posteriormente derivó en Orellia, Orella y finalmente Oreja. Aunque también es posible que Oreja proceda de su posición geográfica a la “orilla” del río Tajo.

Qué ver en Colmenar de Oreja

Sin duda, su hermosa Plaza Mayor es el elemento más significativo de su arquitectura y ejemplifica a la perfección las plazas porticadas castellanas de los siglos XVIII y XIX. Todavía hoy mantiene su actividad como espacio de encuentro gracias a sus bares, restaurantes y terrazas.

Otro lugar imprescindible y que tienes que visitar si vas a Colmenar de Oreja es el Museo Ulpiano Checa. Este aclamado pintor nació en esta localidad y a ella volvió en numerosas ocasiones, aunque la mayor parte de su reconocimiento lo cosechó en los salones y exposiciones de Paris. Hoy, su pueblo natal dispone en este museo de la más amplia colección de obras de este artista universal.

La Iglesia de Santa María Mayor es otra joya que merece la pena ver en Colmenar de Oreja. Fue levantada por la Orden de Santiago a mediados del siglo XIII ampliada durante la segunda mitad del siglo XVI. También hay que destacar la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero que cuenta con una capilla del siglo XVI y es considerada como el tercero de los monumentos más importantes de la ciudad.

Además, Colmenar de Oreja cuenta con dos ermitas que merece la pena visitar: La ermita de San Roque y la de San Juan, está última fue utilizada como cuartel general por los franceses en la Guerra de la Independencia y aún conserva las hendiduras en las jamás de la puerta que facilitaban el paso de los cañones a su interior.

En cuanto a su gastronomía, la localidad mantiene sus raíces castellanas con platos de origen humildes y resultado sabroso y contundente. Son famosos sus platos de carne 'al desarreglo', un delicioso estofado de ternera con tomate, cebolla, ajo y perejil; o sus patatas chulas, entre fritas y cocidas. Y todo acompañado de un buen vino, típico de la localidad.

Sus fiestas patronales se celebran el primer fin de semana de mayo en honor al santísimo Cristo del Humilladero.