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Vecinos de Malasaña denuncian las situaciones que se repiten constantemente en su barrio a consecuencia de la práctica del botellón: ruido, suciedad, peleas, venta y consumo de drogas... Si a ello se une la llegada del buen tiempo, la primavera y el verano se hacen insoportables.

Los propios vecinos han realizado mediciones con sonómetros y los datos que han recogido muestran que el nivel de ruido dobla los índices permitidos, tanto en el exterior como en el interior de los hogares. En otros casos, han tenido que recurrir a medicación para poder conciliar el sueño.

La plataforma SOS Malasaña ha conseguido que el Ayuntamiento nombrara una comisionada para tratar los problemas de ruido y suciedad, pero denuncian que el botellón sigue produciéndose por la acumulación de bares y pisos turísticos. A cuatro días de que se celebren las elecciones municipales, piden a los partidos políticos que alcancen un consenso sobre protección del derecho al descanso en los barrios del centro, para dejar de sentirse, como ellos afirman, "vecinos en peligro de extinción".