Pasamos cuatro años de nuestra vida haciendo cola

La del supermercado, la de la lotería, la del cine, la de los conciertos, la del autobús, la del museo, la de las rebajas… En esta sociedad de la inmediatez y la tecnología hay cosas que se resisten a cambiar.

Los humanos pasamos cuatro años de nuestra vida haciendo cola, una espera que a veces es interminable y acaba con nuestra paciencia. Lo mejor para afrontar una larga fila es ir acompañado, porque hace la espera más entretenida.

Pero lo peor es cuando tenemos que enfrentarnos a las colas múltiples. Como en el caso de los atascos en la carretera, siempre tenemos la impresión de que la fila de al lado avanza más rápido que la nuestra.