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Recientemente la presentadora Toñi Moreno era criticada en redes sociales por retomar su trabajado después de nacer su primer hijo sin agotar las 16 semanas de baja por maternidad a las que las mujeres tienen derecho en España.

Su caso no es el único, numerosos rostros conocidos como Pilar Rubio, Sara Carbonero o Susana Griso decidieron ponerse a trabajar antes de que terminaran la baja. Un gesto que genera cierto debate entre el público.

Partiendo de que tener derecho no es lo mismo que tener obligación, cabe el planteamiento de cuál es el mensaje que se transmite con esa renuncia personal por parte de personajes tan populares; y de qué manera afecta a la reivindicación que desde hace años busca ampliar las bajas y permisos de los progenitores.

Algunos piensan que lo apropiado es que se disfrute por completo de este permiso para visibilizar el valor de los cuidados de los niños y porque no hay mejor cuidador que los propios padres.

Sin embargo, otros apuntan que, el hecho de ser madre, no tiene que impedir disfrutar de su éxito laboral. Aunque existen otras alternativas, como la que escogieron Pablo Iglesias e Irene Montero, repartirse las semanas de baja tras el nacimiento de su hija para que ambos atendieran sus compromisos profesionales.