“La acumulación de gas viene de la instalación general y no de las calderas individuales"
Hablamos con David Arias, uno de los arquitectos que sigue muy de cerca el caso de la explosión en la calle Toledo
La Policía Nacional cree que la explosión del edificio del arzobispado en la calle Toledo de Madrid, ocurrida el pasado 20 de enero, tuvo su origen en una fuga de gas en el exterior del inmueble debido a la rotura de una tubería por causas que aún no se han determinado.
Se descarta así la primera hipótesis que los expertos llevaban dos semanas manejando. El arquitecto David Arias explica en Está Pasando que todo parece indicar que la explosión viene de una acumulación de gas de la instalación general y no de las calderas individuales, como se pensaba en un primer momento.
El arquitecto señala que “varias calderas daban error simultáneamente”, algo muy raro, con lo cuál puede ser que efectivamente no tuvieran el suministro correcto porque “la red general estaba mal”.
Para los agentes de la policía científica era necesario conocer exactamente dónde se había producido el fallo, si en una caldera, en una tubería del inmueble -que saltó parcialmente por los aires- o fuera del edificio.
Al determinar que la fuga se originó en el exterior, la responsabilidad recaería en la empresa Naturgy, que es la distribuidora del servicio, según fuentes de la investigación.
15 días después de la explosión, continúan los trabajos de recuperación de los edificios afectados, pero todavía queda tiempo para volver a ver normalidad en la calle Toledo.
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