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(Actualizado

En la búsqueda constante de mejoras en la atención médica y la calidad de vida de los pacientes, las ciencias ómicas han emergido como un campo revolucionario.

“La aplicación de dichas ciencias en la tarea asistencial -asegura en Fórmula Salud Osvaldo Graña, profesor de Bioinformática y director del Grado en Bioinformática y Datos Masivos en la facultad de Medicina de la universidad CEU San Pablo- ha abierto la puerta a una mejor prevención y diagnóstico temprano de enfermedades. La identificación de biomarcadores específicos a nivel genético, proteómico o metabolómico permite la detección temprana de procesos como el cáncer, lo que puede aumentar significativamente las tasas de supervivencia”.

Para eso hacen falta nuevos perfiles profesionales polivalentes que pueden trabajar, por ejemplo, en el diseño de fármacos, en los centros de investigación básica o en hospitales y, además, apunta el profesor Osvaldo Graña, “la demanda de plazas tan especializadas no se cubren en su totalidad de manera que apostar por esa formación es clave para conseguir nuevas salidas profesionales. Nuestro doble Grado de Genética y Bioinformática, son la perla de la corona de la formación en ciencias de la salud”.