La pandemia de SARS-CoV-2 no sólo está dejando tras de sí una serie de oleadas derivadas de la propia transmisión comunitaria del virus – ya estamos en la sexta oleada– sino que, a cada una de ellas, se le superponen otras nuevas. La duración de la pandemia ha generado retrasos significativos en la atención No-COVID tanto en lo preventivo, como en los diagnósticos y lo curativo. Los mayores son una población particularmente vulnerable a esta situación y que, después de dos años de pandemia, necesita mayor atención y cuidados. Entre ellos, vigilar la malnutrición y velar por la realización de ejercicio físico. “Todo el mundo puede hacer ejercicio físico adaptado a su situación personal y esa es la mejor medicina que se puede tener”. Así lo afirma en Fórmula Salud la doctora Cristina Bermejo, jefa del servicio de Geriatría del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda y vicepresidenta de la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología. “Si no se actúa de modo urgente, añade la doctora Bermejo, los retrasos se cronificarán y el impacto sobre la mortalidad y morbilidad será enorme”.