No ocuparse de los trastornos de salud mental en la adolescencia tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta a nivel físico y mental, y restringen las posibilidades de llevar una vida plena.
En España, actualmente, cuatro de cada diez personas valoran de forma negativa el estado de su salud mental, y casi la mitad de las consultas que se realizan en Atención Primaria está relacionada con ansiedad, estrés o depresión. Además, el suicidio es la primera causa de muerte de personas entre 12 y 29 años, con un incremento en tres años del 32 %.
“La salud mental no está muy bien considerada en España”, lamenta el profesor de psicología de la universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, para quien un factor clave es la “presión excesiva que reciben desde muy temprana edad niños y jóvenes para que saquen buenas notas en el colegio y en la universidad”, algo que repercute después “en la presión que reciben los adultos en el mundo laboral”.
Junto a ello, la otra causa que explica este avance en el deterioro de la salud mental de los españoles es la desestructuración familiar. “La familia –asegura el profesor de Psicología Fernando Miralles-- ha sido siempre el gran apoyo de las personas, por lo que al haber cada vez más rupturas las personas tienen más problemas, y las que tienen problemas se ven al mismo tiempo menos apoyados”.