Gente Maravillosa: Manuel Díaz 'El Cordobés'

Las cámaras ocultas de Gente Maravillosa viajan por la Comunidad de Madrid para encontrar a madrileños anónimos que no se callen ante las injusticias. Cualquiera puede convertirse en el protagonista de Gente Maravillosa y los madrileños pueden encontrarse nuestras cámaras en cualquier lugar.

Hasta ahora, los actos solidarios, valientes y desinteresados, pero anónimos, era raro que encontraran un hueco en la televisión. Ahora seremos nosotros quienes convertiremos en auténticos protagonistas a estos pequeños héroes madrileños.

Conocemos a madrileños que no dudan ni un momento en dar la cara por lo que consideran justo

Manuel Díaz ‘El Cordobés’ nos demostrará en Gente Maravillosa que es precisamente eso, una persona maravillosa y muy especial. Las cámaras ocultas del programa le graban defendiendo a Zacarías, un inmigrante marroquí de apenas 17 años que estaba viviendo una situación de racismo.

El joven solía quería que el camarero le diera cambio para las monedas que había ganado vendiendo pañuelos, pero este le tratará de malas maneras y le repetirá varias veces que se vaya de allí. “Este es un sitio de españoles”.

Conoceremos a Catalina, una niña prematura que nació con solo seis meses, lo que le provocó una parálisis cerebral. Debido a esto ha sufrido acoso y bullying a lo largo de toda su vida.

En esta ocasión será víctima de discriminación laboral: ella trabaja como dependienta en una tienda de deportes, pero su encargado no quiere que siga allí debido a su diversidad funcional.

Por último, viviremos con Yaiza la triste situación que le toca sufrir cada día. Esta madrileña de 26 años sufre, desde pequeña, acoso y bullying debido a su peso. Ahora es una mujer que no tiene complejos con su cuerpo y que se quiere y se valora a sí misma. Pero, aun así, sigue teniendo que soportar el rechazo de la sociedad.

Yaiza recreará la situación de rechazo por gordofobia que experimentó en una tienda de ropa: la dependienta no le dejó probarse un vestido aludiendo que, debido a su peso, podía romperlo.