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Rosario Flores ha sido la famosa sorprendida esta semana por las cámaras de Gente Maravillosa. La cantante se vio envuelta en una situación de injusticia en la que la música era la protagonista de la cámara oculta. Una cámara oculta que nos descubrirá una historia de superación.

Rosana se quedó sorda a los tres años por culpa de un error médico. Desde muy pequeña, el baile se convirtió en su verdadera pasión, una afición que ni la sordera ni nadie le ha impedido realizar.

A los 16 años se apuntó a un curso de baile social con su pareja. “Empezamos en un grupo normal, pero después nos dijeron que había un grupo de competición y si nos queríamos apuntar”, recuerda Rosana.

Poco a poco, Rosana fue viendo que era capaz de bailar. Gracias a horas de esfuerzo, entreno y sacrificio, fue capaz de lograr seguir el ritmo de la música a pesar de no poder oírla. Todo ella la han llevado a convertirse, junto a su pareja, en bicampeones del mundo de bailes de salón y en subcampeones de Europa.

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En esta ocasión, Rosana colabora con Gente Maravillosa para hacer visible que, a pesar de los obstáculos que se encuentran las personas con discapacidad, es posible superarlos sin limitaciones. Además de demostrar que las personas sordas también son capaces de bailar.

Para esta cámara oculta, el equipo ha organizado un supuesto casting para un nuevo programa de baile de televisión. Un programa que tiene como jurado a Rosario Flores (ni el casting ni el programa son reales, pero la cantante no lo sabe. ¡Ni tampoco que está siendo grabada!).

Cuando llega el turno de Rosana, el director del casting (interpretado por un actor) se niega a ver la coreografía que ha preparado porque piensa que una persona sorda no es capaz de bailar con el nivel que requiere el programa. ¿Saltará Rosario en defensa de la bailarina?

El guion y la situación recreados en la cámara oculta han sido supervisados por la Confederación FIAPAS.

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Rosario llega a la sala donde se está desarrollando el casting y le presentan al supuesto director. Por aquí irán pasando distintos participantes para presentar su coreografía.

Mientras la primera pareja de bailarines hace su casting, la ayudante de producción avisa al director de que la siguiente aspirante es completamente sorda: él no quiere perder el tiempo con una bailarina sorda y le dice a la ayudante que la eche de la prueba. Cuando Rosario se entera de que ha venido una chica sorda, inmediatamente lo primero que hace es preguntar si baila bien.

Rosana le suplica al director que le dé una oportunidad y la deje bailar, pero él se niega. En el momento en el que intenta echar a Rosana de la sala, Rosario se levanta y defiende a la bailarina: “¿Por qué no le vamos a dar la oportunidad? ¿Por qué no puede bailar? Tiene las mismas oportunidades que los demás”.

“¿Cómo puede saber que ella no vale solo por ser sorda?”

Rosario no comprende por qué no le dejan hacer la prueba e intenta convencer al director del casting, pero este sigue insistiendo en que no quiere verla bailar. La cantante hará todo lo posible para que Rosana baile e incluso pide hablar con la directora del programa.

Es entonces cuando aparece nuestra presentadora Toñi Moreno para decirle a Rosario que es… ¡Una persona maravillosa!

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