¿En qué se diferencia una fresa de un fresón? Lo descubrimos en la huerta de Aranjuez
El fresón, la fresa, el espárrago y la alcachofa son emblemas de la huerta de Aranjuez
Dice un viejo dicho de Aranjuez que “fresa y fresón, lo mismo no son”. Ahora que es tiempo de recolección, nuestra compañera Estefanía Masó se ha ido hasta la muy noble huerta de Aranjuez para descubrir y contarnos cuál es la diferencia.
Aquí cultivan las fresas y los fresones con una capa de plástico recubriendo toda la mata. “Esto hace que salga mucha menos hierba y, además, así se utiliza mucha menos agua en su cultivo”, nos cuenta Fernando, agricultor de la zona.
Un detalle curioso es el de que utilizan dos plásticos diferentes: uno de color blanco y otro de color negro. ¿A qué puede deberse esto? “El plástico blanco se calienta menos que el negro, por lo que, al calentarse menos la planta, es más lenta en su crecimiento”, explica Fernando.
Gracias a esta estrategia pueden evitar que toda la producción venga al mismo tiempo e ir distribuyendo los tiempos de recolecta. “A su vez, si nos vienen temperaturas muy altas, esto impide que se estropee todo a la vez”.
La principal diferencia entre la fresa y el fresón está en el tamaño y es que la primera es mucho más pequeña. Sin embargo, a pesar de este tamaño reducido, su calidad está mucho mejor valorada debido a sus aromas, su sabor y su textura. “La fresa es más noble y el fresón sería el primo pobre”.
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