Las personas mayores son las que más riesgo tienen de sufrir un golpe de calor. La sensación de sed en ellas es menor y generalmente se olvidan de ingerir líquidos, explica el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, el Doctor Jose Antonio López Trigo.
Si aparece la deshidratación y no se trata de forma adecuada, se puede llegar a una situación de shock en la que sucede un fallo multiorgánico. Si la persona sufre sobrepeso, está medicada o padece enfermedades crónicas, está en riesgo de sufrir ese golpe de calor. También las personas diabéticas.
Se puede prevenir la llamada hipertermia tomando muchos líquidos y realizando comidas ligeras. También evitando exposiciones al sol cuando las temperaturas sean elevadas y no realizando ejercicio físico en momentos de calor.