El Gobierno de Cifuentes no ha cerrado una fecha para reunirse con representantes de Cordish y abordar los impedimentos que le han llevado a denegar el permiso para construir el complejo de ocio Live Resort Madrid, y ha negado que la razón para rechazarlo sea una "confusión idiomática".
Así lo ha dicho el portavoz del Ejecutivo madrileño, Ángel Garrido, en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno, después de que ayer Cordish informara de que varios de sus directivos han viajado a Madrid para reunirse con responsables de la Comunidad después de que ésta rechazara su proyecto para levantar un complejo de ocio en el municipio de Torres de la Alameda.
La compañía norteamericana dijo en un comunicado que quiere aclarar "los puntos que puedan no haber quedado claros en la tramitación del expediente" del proyecto, que incluiría hoteles, restaurantes, oficinas, cines, un teatro, un centro de convenciones y una zona de juego.
Garrido ha asegurado que el Gobierno está "encantado siempre" de reunirse con empresarios que quieran traer a la región proyectos beneficiosos, pero ha dicho que no hay cerrada ninguna fecha para verse con los representantes de Cordish.
El portavoz ha vuelto a explicar los motivos por los que se ha rechazado el proyecto del grupo norteamericano, el primero de ellos porque el promotor "no garantizaba la construcción del complejo en su conjunto, se preveía solo el inicio con la almendra central con una inversión cercana a los 500 millones de euros".
Y para que el proyecto se pueda tramitar en la categoría de centro integrado de desarrollo (CID) -que conlleva la posibilidad de usar cualquier suelo (siempre que no sea urbanizable de especial protección), la autorización de construcción de un casino, y que el tipo impositivo baje hasta el 10 %-, Garrido ha recordado que no sólo debe garantizarse la construcción de la almendra central, sino todo el macrocomplejo.
Otra razón para el rechazo, ha seguido explicando, es que la Comunidad debía asumir unas inversiones de unos 340 millones en infraestructuras, mientras que Cordish invertiría unos 500 millones en levantar esa almendra central. "No parecía ser muy equivalente la inversión de la empresa con el desembolso que tenía que hacer la Comunidad", ha opinado Garrido.
"Nosotros siempre estamos abiertos a cualquier proyecto de inversión, pero tiene que hacerse conforme al principio de interés general, y más en un caso como éste porque la adjudicación de un CID impediría poder adjudicar otro en los siguientes diez años. Por lo tanto, tenemos que tener todas las garantías", ha explicado.
Respecto a la afirmación de Cordish de que tal vez hubo una "confusión idiomática" entre la empresa y la Comunidad, Garrido ha respondido que los técnicos del Gobierno no han tenido ninguna confusión, "lo que han tenido es el principio de interés general por encima de todo".
Según explicó ayer la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, la almendra central del complejo no puede tener la consideración de CID "porque no tiene la relevancia social, económica y de permanencia y sostenibilidad en el tiempo necesaria".
Dicha almendra incluye la construcción de un hotel de quinientas habitaciones, una zona comercial, establecimientos gastronómicos, un centro de convenciones, conferencias y reuniones y un aparcamiento. "Con los parámetros que manejamos no se dan las condiciones de un CID, que tiene que afectar y beneficiar a muchas área de actividad económica, social y cultural de la región", argumentó la consejera.