El ministerio de Fomento garantiza que las autopistas de peaje en quiebra, actualmente en concurso de acreedores, seguirán funcionando. Según Íñigo de la Serna, asumir su gestión tendrá un coste inferio al que habría debido afrontar el Estado para construirlas.
El Gobierno está pendiente de que el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid se pronuncie próximamente sobre el plan de liquidación de las concesionarias de la de las autopistas radiales R-3 y R-5, un tramo de la M-50 y la circunvalación a Alicante.
El juez deberá fijar una nueva fecha de cese y fin de actividad, que Fomento podrá aceptar o no en caso de no coincidir con su propuesta, que pasa por lograr una prórroga, hasta julio de 2017, para asumirlas. En cualquier caso, el titular de este departamento, Íñigo de la Serna, quiere mandar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos.
En declaraciones a EFE, De la Serna reconoce que los servicios técnicos del ministerio están trabajando para cubrir la recuperación de estas autopistas en el caso de que ésta sea finalmente la única salida para garantizar su viabilidad. No se descarta la posibilidad de sacar a licitación