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(Actualizado

El 11 de marzo de 2004 será ya para siempre uno de los días más trágicos de la historia reciente de España, y particularmente de Alcalá. Las explosiones de las bombas en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, alojadas en vagones de trenes salidos de nuestra ciudad a primera hora de aquella mañana, provocaron una matanza terrorista sin precedentes en España y en el resto de Europa.

También provocaron una reacción de dolor compartido y de solidaridad sin parangón en la sociedad española, que pronto se diluyó entre disputas políticas, división entre los colectivos de víctimas y teorías conspirativas que ni siquiera quedaron superadas con la sentencia judicial del otoño de 2007.