Apple deberá pagar a Irlanda 13.000 millones de euros más intereses por haberse beneficiado entre 2003 y 2014 de rebajas fiscales que distorsionaban la competencia.
La Comisión Europea no ha cedido a las presiones de Estados Unidos y lanza a las multinacionales un claro mensaje: aprovecharse de la ingeniería fiscal no sale gratis en la Unión Europea.
El varapalo no es inédito -otras compañías como Starbucks o Fiat-Chrysler ya fueron sancionadas. pero su cuantía nunca había sido tan alta. Tanto Irlanda como Apple ya han anunciado que recurrirán la decisión.