El congreso extraordinario del PSOE de Andalucía, en el que José Antonio Griñán ha cedido el testigo a Susana Díaz al frente de la Secretaría General, ha abierto el camino al cambio generacional de un partido con incierto liderazgo que, para muchos, inicia así la reconquista de la mayoría social.
Los llamamientos a la unidad y a la apertura de un tiempo de cambio en el partido han sido constantes en un cónclave, histórico para el PSOE, que ha exhibido el "poderío" de Susana Díaz.
Es probablemente ese "poderío" al que se ha referido hoy en la clausura el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y que ha llevado a Díaz incluso a encabezar encuestas para sustituir al líder del PSOE, aunque ella asegura que su compromiso está con Andalucía.
Arropada por los barones del partido, ningún líder socialista, desde el propio Rubalcaba a Carme Chacón -a quien Díaz apoyó en las primarias-, ha querido faltar al encumbramiento de la nueva secretaria general del PSOE-A en un congreso que lanza un mensaje de renovación interna y relevo generacional que desde el sur se trasladará a la esfera federal.