Están hechos de polietileno de alta densidad con un polímero externo capaz de sellar el cuerpo de riesgos nucleares y bactereológicos. Pesa 200 gramos y no se rompe con facilidad pero tiene un punto débil, que ha podido producir una fuga, por tanto, el contagio podría encontrarse en el sellado en las uniones de puños, tobillos y cuello