Carmen de 77 años y enferma de Alzheimer. Lleva 30 años en la portería de un inmueble de la Calle Ferraz pero no puede jubilarse. Según su hija, la comunidad de vecinos no cotizó a la Seguridad Social por todo el tiempo que ha estado trabajando. Los dueños del inmueble aseguran que la contrataron por caridad. Ahora está enferma y no tiene derecho a pensión.
Cuando el marido de Carmen murió los dueños de la finca de la calle Ferraz en la que trabajaba le ofrecieron a su esposa ocupar su puesto de trabajo como portero. La mujer aceptó y estuvo 30 años ejerciendo como portera sin cotizar a la seguridad social. Hace tres años le diagnosticaron Alzheimer y los vecinos llamaron a sus hijos para que fueran a recogerla porque su enfermedad le impedía trabajar como hasta entonces.
Su hija Cristina descubrió que su madre no tenía derecho a pensión porque había estado trabajando 28 años sin contrato. Entre las pruebas y testimonios que muestran que Carmen ejerció su trabajo como portera esos años existe un plan de pensiones privado abierto por la comunidad de propietarios a nombre de ella el año 91.
Su hija Cristina ha pedido ayuda a través de la plataforma change.org y ya ha conseguido más de 6.000 firmas para que su madre pueda jubilarse.