El copiloto de Germawings pasó seis meses en terapia psiquiátrica
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El copiloto de Germanwings que estrelló este martes presuntamente de forma voluntaria el Airbus A320 en los Alpes franceses, en el vuelo procedente de Barcelona y en dirección a Düsseldorf, estuvo seis meses bajo tratamiento psiquiátrico antes de completar su formación, según afirma el diario alemán Bild.
De acuerdo con ese medio, que se remite a "círculos de Lufthansa", las razones por las que Andreas Lubitz, de 27 años, interrumpió su formación, en 2009, se debieron a una grave depresión según se le diagnosticó entonces. El "grave episodio depresivo", como se le define en ese rotativo, quedó constatado en el acta sobre el copiloto del departamento de tráfico aéreo alemán bajo el código "SIC", que se refiere a la necesidad de que el afectado se someta a "revisiones médicas regulares".
El hecho de que el copiloto que causó la catástrofe aérea, con 150 personas a bordo del vuelo 4U 9525, interrumpiera durante un periodo relativamente largo su formación en la escuela aérea de Lufthansa fue reconocido ayer por el presidente de la compañía, Carsten Spohr. El propio Spohr rehuyó, sin embargo, concretar a qué se debió esta interrupción, ateniéndose a que está bajo la prerrogativa de la confidencialidad médica.
Esto desató rápidamente las especulaciones en distintos medios, tanto de la prensa popular como de los medios más serios, apuntando a una depresión o "burnout", el síndrome del 'quemado' por estrés laboral.
Lubitz, quien vivía entre su domicilio familiar, en Montabaur, en el Land de Renania Palatinado, y su vivienda privada en Düsseldorf, en el vecino de Renania del Norte-Westfalia, empezó su aprendizaje a los 14 años, en un club de aviación local e ingresó en la escuela de Bremen de Lufthansa en 2007. En 2009 interrumpió por unos meses esa formación, que reanudó con posterioridad hasta ingresar en Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, en 2013.
Spohr insistió ayer en que, tanto al ingresar en la escuela como al reanudar y completar su instrucción, pasó los más rigurosos exámenes, tanto físicos como mentales. Ambos domicilios, el familiar y el propio, fueron ayer objeto de largos registros policiales, en que se incautó abundante material, inclusive una torre de ordenador y objetos privados.
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