La locutora Encarna Sánchez siempre era noticia ya sea por sus palabras o por sus silencios.
Frente al micrófono, su descaro y atrevimiento hacía que temblasen muchas personas que se veían lapidadas por la periodista, siendo así la protagonista de numerosos artículos.
Pero su vida privada también era de interés público y empezó a ser frecuente la presencia de fotógrafos a las puertas de su domicilio.