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(Actualizado

Esperanza Aguirre ha querido zanjar la polémica sobre si dejará o no la presidencia del PP de la Comunidad de Madrid. "Mi compromiso es que si soy alcaldesa no me voy a presentar al próximo Congreso Regional", ha explicado destacando que, si deja de ser presidenta del PP de Madrid, "será por los cauces que establecen los estatutos".

La candidata popular a la alcaldía de Madrid promete bajar "todos los impuestos" y asegura que "no piensa pisar el Palacio de Cibeles", actual sede del Ayuntamiento madrileño, porque no quiere un Consistorio "megalómano". El traslado de la sede del Ayuntamiento de Madrid lo acometió en su etapa en la alcaldía Alberto Ruiz Gallardón, con quien Aguirre ha tenido numerosos encontronazos.

La operación, en la que se abandonó la sede de la Plaza de la Villa, con 300 años de historia, y se adquirió y remozó el Palacio de Telecomunicaciones, en la Plaza de Cibeles, costó cerca de 500 millones de euros.

Aguirre ha incidido en que la sede del Gobierno municipal debe de ser "modesta y humilde", por lo que ha avanzado que piensa hacer "unas consultas" a los ciudadanos para que decidan qué va a pasar con el palacio de Cibeles. Si los ciudadanos la eligen alcaldesa se irá directamente a la Casa de Cisneros, en la plaza de la Villa, donde ha estado el Ayuntamiento "toda la vida".

Aguirre asegura que tomaría esta decisión por "razones de ahorro" y simplemente "por lo que cuesta la calefacción". "No tiene sentido", ha asegurado, destacando que es necesario tener una institución que se "acerque a los ciudadanos". "¿Por qué tener el edificio más importante de Madrid cuando tenemos la Casa de la Villa que, por razones históricas y de ahorro, está muy bien, y además, en el centro de Madrid?", se ha preguntado Aguirre.