Los marqueses de Urquijo fueron asesinados en la madrugada del 1 de agosto de 1980 en su propia casa que tenían en Somosaguas. Manuel de la Sierra era un importante banquero que se casó con la quinta marquesa de Urquijo. Todo indica que el objetivo del crimen era el marqués que apareció con su cama con un disparo posteriormente su mujer recibió dos más al levantarse y escuchar los disparos.
Los principales sospechosos fueron los hijos por una discrepancia con su padre por una posible venta del negocio familiar. El caso fue polémico porque se perdieron documentos, lavaron los cuerpos de los marqueses, la chica de servicio no estaba aquel día y el arma del crimen desapareció.
Rafael Escobedo, yerno de los marqueses, fue acusado del crimen. Otro que fue involucrado fue el amigo de Escobedo, Javier Anastasio, portador de un arma que llevó a la casa de Somosaguas y del que afirma que se deshizo de ella tirándola al pantano de San Juan.
Anastasio pasó 3 años de prisión preventiva antes de fugarse a Brasil en una salida permitida. Volvió a España una vez que el delito había prescrito. Rafael Escobedo fue condeno a 53 años de cárcel, pero al quinto año se suicidó, aunque se abogado asegura que fue en extrañas circunstancias.