Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Miguel Bosé es uno de los cantantes más célebres de nuestro país, aunque es verdad que, ahora, su imagen ha quedado completamente distorsionada por su posición con respecto a la pandemia protagonizando episodios realmente desconcertantes.

Y parece que la polémica no se aleja del artista porque la publicación de sus memorias ha creado un gran revuelo por la imagen que dibuja de su padre, el torero Luis Miguel Dominguín.

En sus páginas, Bosé describe a su progenitor como un hombre autoritario con el que nunca tuvo nada en común.

"¡Maricón, Lucía, el niño va a ser maricón!"

"Mira, Miguelón...los hombres tienen que hacer cosas de hombres entre hombres...como las mujeres hacen de las suyas entre ellas. Montar a caballo, ir de cacería, pescar y más adelante otra que ya te iré contando... Estoy deseando que cumplas doce años para que te fumes el primer cigarro, ¡coño!... El año que viene... si te entrenas con el rifle bien pero que bien... te llevo de safari un mes entero [...] Voy a conseguir hacer de ti un hombre", son algunas de las palabras que el artista afirma haber recibido de su padre.

Pero no solo la caza les separaba. Con tan solo 7 años, Bosé recuerda que le encantaba leer y esto es lo que decía su padre al respecto:

"¿Sabes que leer tanto es malo? ¿No te gusta más montar a caballo?" "¡Maricón, Lucía, el niño va a ser maricón!... ¡Seguro!".

"Me sorprende muchísimo que Miguel lo haya dicho"

Y para recabar más información acerca de estos episodios, en ‘Juntos’ hemos hablado con Andrea Bronston, amiga de la infancia de Bosé que afirma recordar algunas de estas situaciones.

“Siento tener que decirlo, pero, lo tengo que corroborar. Me he callado durante un millón de años porque no me correspondía a mí decir nada y me sorprende muchísimo que Miguel lo haya dicho”, nos ha contado.

"A mí me obligó a cazar, me obligó a matar unos conejos"

Uno de los pasajes del libro que más repercusión está teniendo es el viaje que Bosé realizó con su padre a Mozambique cuando el artista tenía solo 10 años y no quería cazar.

“Yo he vivido episodios así con Miguel cuando nos íbamos todos a la finca y a mí me obligó a cazar, me obligó a matar unos conejos y recuerdo ir en el Jeep a la vuelta a punto de vomitar con los conejos muertos a los pies”, ha revelado Andrea.