Las altas temperaturas tienen efectos negativos en los españoles, independientemente de que sea con el calor o con el frío. Los excesos son molestos y la prueba de ello es que tanto en invierno como en verano las personas están más de mala leche en el día a día. Sin embargo, en otros meses del año nuestro comportamiento se vuelve mucho más flexible y hacemos frente a las situaciones complejas mediante la paciencia teniendo mucho más humor.
El motivo de esto es que un exceso de frío o calor resulta molesto para cualquier persona y eso ya condiciona una buena dosis de angustia previa. Pues bien, si a esto le añadimos un extra de incomodidad finalmente todo acaba estallando.
En los países donde hace más frío solamente les afecta el calor y lo mismo sucede a la inversa. Pero justamente en España sucede en ambos extremos.