Daniel Sancho ha podido cumplir uno de sus mayores sueños ahora mismo en prisión. Tras casi un año sin verla, sin escucharla, sin sentirla, su abuela Noela ha aparecido al otro lado de la pantalla.
Una de esas personas realmente especiales para él que lo ha acompañado durante unos minutos a través de videollamada. Fue precisamente de ella de la que también recibió aliento durante el juicio. Fue una charla breve pero muy emocionante que ha servido para dar energías y fuerza a Daniel Sancho de cara a la recta final de su juicio.