En la actualidad han aparecido centenares de nuevas tendencias, nuevas formas de relacionarnos en pareja. También existen otras, que han estado siempre ahí… pero a las que todavía no habíamos puesto nombre de forma consciente, por ejemplo: El síndrome de Tarzán.
Esas personas que saltan de pareja en pareja, que no dejan a una antes de tener asegurada la siguiente. Como Tarzán: de liana en liana. Sin soltar una antes de coger otra.
Es decir, se trata de un término coloquial que se utiliza para describir la conducta, cada vez más al alza, de aquellos que se mueven constantemente de una relación o proyecto a otro sin cerrar adecuadamente los ciclos anteriores.
Las causas del Síndrome de Tarzán
Hay muchos caminos (y muchas lianas) para llegar al síndrome de Tarzán. Entre las más comunes se encuentra, por ejemplo, el miedo a la soledad. La idea de estar solo puede ser aterradora para muchas personas, llevándolas a buscar constantemente una compañía para evitar ese sentimiento.
También la baja autoestima puede ser un factor, ya que este tipo de personas pueden depender de la validación externa para sentirse bien, lo que las lleva a buscar constantemente nuevas relaciones.
La falta de seguridad en uno mismo y en la propia capacidad de enfrentar la vida sin una pareja también puede fomentar este comportamiento.