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Procrastinar, según la RAE es, literalmente, diferir o aplazar. Pero es una palabra que tiene un significado más amplio y trata de sustituir aquello que es más importante de hacer por otras cosas más irrelevantes que producen mayor placer.

Esto que vamos posponiendo continuamente está dentro de un ciclo. Primero se siente ansiedad o incomodidad antes de lo que se debe hacer. Luego, con el fin de auto consolarse, se busca otra actividad productiva. Seguido, el cerebro sabe que lo que se debía hacer no se ha hecho, y entonces es cuando se buscan excusas.

Ser amable puede mejorar la salud

Dejamos de hacer todas esas coas que sabemos que supone un esfuerzo hacerlo, pero son beneficiosas. Hacer ejercicio, limpiar la casa, dejar de fumar o hacer dieta son algunos de los ejemplos.

Sin embargo, la solución pasa por marcar una fecha como día límite, para así forzarnos a hacerla. Además, una vez hecho, también es posible proponer una recompensa.