A día de hoy cualquier parte del mundo está conectada con otra y eso es gracias a los miles de kilómetros de cables que hay bajo nuestros océanos.
En total se trata de una red compuesta por 426 cables, o lo que es lo mismo, 1,3 millones de cables que conectan los continentes enterrados a lo largo de las aguas de todo el planeta y sin los que, actualmente, no podríamos vivir.
Pero estos cables también tienen problemas, puesto que tiene una durabilidad de 25 años, aunque, según afirman los expertos, su mantenimiento es mucho más frecuente ya que son atacados por los animales marinos, especialmente por los tiburones.
Incluso en algunas ocasiones, algún barco también ha chocado con alguna de las partes de esa red ocasionando los famosos cortes de conexión a los que estamos más que acostumbrados.